Santiago de Compostela
Reina de los cielos, no nos desampares. Que tu mirada amorosa esté siempre con nosotros y que seamos guardos bajo tu manto en vida. Te agradezco cuanto has hecho por mi madre, tanto como a Dios Padre, en su recuperación y te pido ahora que veles por la pequeña Navia y por su familia; que la voluntad de nuestro Señor sea sanarla pronto para que la paz pueda retornar a sus almas y corazones. Amen.