Santiago de Compostela
Virgen clemente, a ti acudo nuevamente con la voluntad de agradecerte cada una de tus intercesiones ante tu hijo. Tú, Mujer entre las mujeres, digna de veneración por la plena confianza que depositaste en el Señor, hazle saber, si es tal tu deseo, como aumenta la llama de mi Fe y no permitas, Señora mía, que esta se apague jamás.
Gracias por no dejarme sola, Madre de los creyentes. Gracias, Jesús, Redentor del Mundo, por compartir tu amor conmigo incluso habiendo sido una gran pecadora. Gracias, Dios, Padre Celestial por cada una de tus cariñosas gracias. Seguiré esforzándome.
Amen.